Como ya hemos comentado en otras ocasiones, el plátano es una fruta muy delicada, aunque no lo aparente. Es muy sensible a golpes y a cambios de temperatura, por lo que es importante cuidar su manipulación y conservación, especialmente durante los meses más calurosos del año.
Como expertos en maduración de plátanos, queremos compartir con vosotros 10 consejos básicos para su óptima conservación:
- Nunca dejes los plátanos expuestos a una fuente de calor porque, literalmente, se cocerían.
- Evita los golpes que provocan el oscurecimiento del fruto tanto por dentro como por fuera, perdiendo brillo y calidad.
- Mantén una temperatura adecuada: entre 10 y 20 grados el plátano sigue madurando de forma natural, mantiene su sabor y aspecto y dura más.
- Evita ponerlos en lugares donde haya corriente de aire porque, tanto si es frío como caliente, el aire le hace perder brillo.
- Lo ideal es que estén a temperatura de ambiente doméstico, pero si no se dispone de un rincón que reúna las condiciones óptimas, puedes guardarlos en la nevera en una bolsa de plástico, (Aunque se oscurecerán seguirán conservando su sabor y calidad).
- Aléjalos de frutas que desprenden etileno como las manzanas, peras, mangos, papayas, aguacates y kiwis.
- No los apiles. Siempre que sea posible, cuélgalos.
- Intenta mantener el racimo unido, no separes los plátanos individualmente.
- Para ralentizar el proceso de maduración, envuelve la zona del racimo con papel film.
- Si crees que van a madurar antes de su consumo, puedes congelarlos para utilizarlos para postres o batidos.