No todos los años son iguales para los maduradores de plátano canario. Todo lo que sucede a nivel productivo en las islas, influye en los operadores peninsulares. 2024 es, hasta el momento, un año de baja producción.
Fruit Today magazine habló con José María Ruíz, gerente de la compañía Plátanos Ruíz, ubicada en Mercabarna.
¿Cómo está transcurriendo la comercialización este año?
2024 es un año atípico porque hemos tenido una producción muy baja desde el mes de abril y esto ha supuesto que los precios se incrementen bastante.
El invierno de 2024 no ha sido invierno en las islas porque la temperatura no bajaba por las noches. Seguía haciendo calor y toda la fruta programada para el segundo trimestre se adelantó. Hasta ahora vivimos momentos de escasez con unos precios que no se habían visto antes. La distribución está vendiendo los plátanos por encima de los 3 euros.
¿Viven ustedes todavía las consecuencias de lo que supuso el volcán de La Palma?
Yo creo que sí, una cosa fueron las consecuencias inmediatas y otras las que se han generado a largo término. Desde 2021 se han creado situaciones un tanto insólitas. Para los que trabajamos con mucha producción palmera, el efecto volcán se puede decir que se ha extendido en el tiempo.
Cuando en 2021 irrumpió el volcán, destrozó gran parte de nuestro aprovisionamiento y el mercado terminó siendo un desastre. Por supuesto, hubo repercusiones muy directas en el primer trimestre de 2022 y nosotros, en concreto, lo pasamos mal ya que la ‘Isla bonita’ es nuestro principal proveedor. Otros operadores tienen un cupo de proveedores más extenso en el resto de islas productoras, pero no era nuestro caso.
Siempre se ha dicho que de toda crisis nace una oportunidad. ¿Cuál fue su oportunidad?
Es cierto, surgió la oportunidad de hacer cosas nuevas y nosotros lo materializamos en un empaquetado que tuviera nuestra marca, Plátanos Ruiz. Es decir, no llegamos al mercado con la marca del proveedor, sino con la nuestra propia. Pero, en cualquier caso, debo señalar que 2023 fue un año duro porque habíamos perdido mucha clientela, los proveedores no estaban consolidados ni tampoco la propia marca. A pesar de que subimos un 17% la venta en kilos resultó un año discreto en márgenes comerciales. El 2024 ha empezado con una producción inferior a otros años y esto ha repercutido en unos precios más elevados. Hemos vivido en dos años dos escenarios muy diferentes, el 2023 un año con bastante producto por todo lo que se plantó en Tenerife y Las Palmas y, el 2024, año en el que la fruta programada para junio ha llegado entre diciembre y marzo. Y ahora (finales de junio) escasea el plátano y los precios están altos.
Pero, ustedes también comercializan banana. ¿Cuál es la situación para ésta?
La banana tampoco es ajena a lo que ha sucedido en el mercado. Por supuesto, también ha notado la inflación y la subida del plátano, por lo que su precio también está siendo más alto de lo habitual. En cualquier caso, el cliente de plátano canario es uno y el de banana es otro, y además con la banana se suele trabajar con un precio anual cerrado.
Mercabarna es un gran mercado para la banana. Las estadísticas la sitúan con un 60% de entradas, lo que es muchísimo.
¿Qué previsiones tienen para los próximos meses?
En los últimos cinco años no hemos tenido un mes igual y a veces creo que las previsiones sirven para poco. Lo que ocurra aquí tiene mucho que ver con lo que pase, productivamente hablando, en las islas, no es lo mismo producir seis millones de kilos a la semana que diez.
¿Cómo valora el camino recorrido con la marca propia y qué porcentaje cubre?
No es nada fácil introducir una marca, pero ya ha pasado más de un año y nos damos cuentan de que los clientes la piden. Ahora hemos entrado en una etapa de reconocimiento y llegamos casi a un 35% de nuestro volumen. También tiene mucho que ver en el éxito de la marca nuestro proveedor, que ha apostado por nosotros.
Por su gran capacidad de maduración, ¿ustedes también trabajan para otros?
Sí, hemos ampliado el negocio y tenemos empresas que nos traen plátanos o bananas para madurar. Por ejemplo, tenemos un cliente que nos trae bananitos par madurar.